miércoles, 15 de julio de 2020

Autonomía y educación en casa

Ya sea en el colegio o en la casa, de manera presencial o virtual, la propuesta educativa del Colegio La Casa de Cartón alienta la autonomía personal como base del protagonismo estudiantil que deseamos desarrollar en nuestro alumnado. Lo que se desea, finalmente, es que puedan desarrollarse bien en la vida, tomando iniciativas y siendo libres, con la capacidad de escoger sus influencias.
Cuando asistían a la escuela, las profesoras y profesores en trabajo de equipo, agrupándose por ciclos y en plenarias, evaluaban las necesidades educativas y psicosociales de cada estudiante para darle un tratamiento personalizado. Esta evaluación permitía establecer retos y acuerdos personales, ubicar a cada estudiante en las responsabilidades del salón y del colegio, fomentar su participación como delegados del Consejo Estudiantil, trabajar la ciudadanía ecológica y los valores del Ideario de la mejor manera posible.

En qué aspectos, el estudiante individual y el grupo de aula al que pertenece, necesitaban ayuda y en qué asuntos podían desenvolverse solos, resultaba relativamente sencillo al tenerlos presencialmente en el colegio. Revisar en grupos de docentes sus necesidades y habilidades para ser autónomos y mantener el fortalecimiento de la libertad que se busca en su formación como personas con valores y como  ciudadanos democráticos, conscientes de la realidad ambiental, era y es una práctica interiorizada y aplicada cotidianamente.
Ahora, las chicas y los chicos están en casa, comunicados con la escuela por medios virtuales pero a cargo de sus familiares de manera presencial. En casa también es posible fomentar la autonomía de nuestras hijas e hijos.
Y para auspiciar la independencia de las y los estudiantes, es preciso revisar primero si somos perfeccionistas, sobreprotectores, autoritarios o ansiosos. Si detectamos esas características en nosotros como padres o madres, entonces –como dijéramos en artículos anteriores- tal vez sea preferible delegar la responsabilidad educativa en un miembro de la familia que promueva la autonomía. De lo contrario, se corre el riesgo de generar o acentuar dependencias e inseguridades, o  generar  actitudes negativas en la relación y rechazo hacia el aprendizaje.








En base a sentirse queridos, aceptados y valorados, las niñas y niños aprender a sentirse seguros; a salir de su egocentrismo para aceptarse y quererse, al tiempo que aceptan las diferencias con otras personas, especialmente con otros niños, y pueden establecer relaciones afectivas significativas. Gradualmente van afirmándose en la toma de decisiones y realizan balances, cada vez más más autocríticos y conscientes, de sus características personales tanto positivas como de aquellas por mejorar.
Así descrita la autoestima, los niveles crecientes de responsabilidad, fortalecen la confianza básica de los niños y niñas. Estar activos, participativos y con cada vez mayores compromisos para planificar y realizar sus responsabilidades de la casa y del colegio, respondiendo por sus propias acciones, incrementa la libertad personal. Esa libertad unida al componente del autocontrol de impulsos, la tolerancia, aceptación de acuerdos y límites razonables, va formándolos en y para una mejor convivencia, participación democrática y sentido de justicia e igualdad socio cultural.
Todos estos componentes de la libertad, a saber, la seguridad, el autocontrol, la responsabilidad, la participación democrática y la justicia, pueden partir y expresarse –a la vez- desde la autonomía.


Cuando son pequeños y cursan el Primer Ciclo (5-7 años), la familia ayudará a desarrollar la autonomía de sus hijos e hijas si les permiten vestirse, lavarse y atenderse  solos en las necesidades elementales de cuidado de sí mismo y en la alimentación. Al realizar el trabajo escolar, pueden necesitar algún apoyo y podemos orientarlos, pero dejar que solos resuelvan sus tareas una vez aprendido el procedimiento o comprendido el quehacer.
En el Segundo Ciclo ((8 a 10 años), es importante que hagan solos las actividades diarias, las rutinas de la casa y del colegio que ellos ya saben y pueden realizar por sí mismos: vestirse, asearse, alimentarse, limpiar y ordenar su habitación, organizar el escritorio o la mesa de trabajo para avanzar sus proyectos y tareas. En materia de cómputo y acceso a internet, “reconocerá y ejercerá sus propias posibilidades”, -como dice Mariano en el libro morado- siendo capaz de encender la computadora, verificar el acceso a internet, abrir los programas que requiere, guardar la información obtenida o el trabajo efectuado y cerrar todas las ventanas abiertas al apagar la máquina.


En el tercer ciclo la autonomía es prácticamente total. Las chicas y chicos, evidenciarán sus posibilidades y dificultades al realizar actividades cotidianas de la casa y el colegio, siendo conscientes de dónde y para qué necesitan ayuda. En una época sin pandemia, estos atributos podían extenderse a la calle, pero ahora es mejor mantener por decisión familiar y escolar, las medidas restrictivas a la libertad de movimiento.
Los estudiantes del Cuarto Ciclo y parafraseando nuevamente a Mariano, “demostrarán autonomía en cualquier medio y circunstancia: serán capaces de organizar su tiempo, atender sus necesidades y planificar su vida; reconociendo sus posibilidades para ejercerlas y sus limitaciones para solicitar ayuda”.


En casa, podemos ayudar a nuestras hijas e hijos a ser más autónomos si no hacemos por ellos nada que no puedan hacer solos y si establecemos retos, acuerdos y responsabilidades, al estilo de La Casa de Cartón, considerando por supuesto las edades que tienen.

Nota: Para el presente artículo, se ha tomado como referencia el libro “Hacia la escuela posible”, de Mariano Moragues; especialmente el Anexo 3: Secuencia de objetivos generales de actitudes, en lo que se refiere a “búsqueda de LIBERTAD por ciclo” (numeral III).



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