martes, 30 de abril de 2019

Las consignas en el Colegio La Casa de Cartón



 El rol de las consignas dentro de la propuesta pedagógica del colegio

El Colegio La Casa de Cartón organiza su propuesta educativa sobre la base de cuatro actitudes y valores fundamentales: la Solidaridad, la Libertad, la Búsqueda de Verdad y la Creatividad. La Solidaridad es el valor nuclear y más importante, que engloba a los otros tres y que articula la formación de los estudiantes con el propósito de hacerlos ciudadanos democráticos para un mundo ecológicamente viable[1].
El trabajo de actitudes y valores, a partir de la formación de hábitos, constituye el quehacer pedagógico prioritario y sirve de soporte al trabajo de habilidades cognitivas, intelectuales y de conocimientos, así como al de destrezas manuales, psicomotrices y artísticas. Los grandes objetivos planteados para estos aspectos educativos determinan los principios pedagógicos y los recursos metodológicos para alcanzarlos.


Los principios pedagógicos del afecto -sobre la base de relaciones interpersonales sanas y saludables-, del ejemplo, de la actividad, del partir de la realidad, de la democracia, del espíritu científico y la investigación; del partir de los intereses, posibilidades y necesidades de los estudiantes; del ludismo y trabajo esforzado, de la globalización, de la personalización, la integralidad y el descubrimiento, que se yuxtaponen en los ejes transversales de la formación ciudadana y de la consciencia ecológica, son las características fundamentales o rasgos típicos que identifican la pedagogía del colegio. Estos principios regulan la vida escolar y matizan todas las actividades que se implementan. A ese esfuerzo se aboca el proyecto educativo.

Los recursos metodológicos o herramientas para el abordaje directo y vivencial de los grandes objetivos –especialmente actitudinales- y de los principios pedagógicos que implican, son los siguientes: Las asambleas, los retos personales y grupales, los acuerdos de aula, la organización estudiantil, las responsabilidades de aula y colegio, las noticias, la consigna, las tutorías, los campamentos y la proyección social, entre los fundamentales. 

La consigna, como uno de los recursos metodológicos sustantivos de La Casa de Cartón, “es una frase corta o eslogan que pretende expresar de forma atractiva y resumida, un llamado a vivir en grupo (aula, ciclo o colegio) y con énfasis, alguna actitud o comportamiento durante un periodo”, explica Mariano en “Hacia la escuela posible”[2].

“El objetivo que se persigue es que los chicos y chicas, como grupo, tengan una meta común a corto plazo, en torno a un punto de referencia motivador, que les ayude a vivenciar determinadas conductas bajo la orientación de la “consigna””. Se busca conseguir “una atención selectiva y controlada del colectivo hacia componentes específicos de las actitudes básicas que postula el colegio, de modo que adquieran cierta fuerza de sugestión o imperativo retador. Es una forma de ir internalizando, colectiva y vivencialmente, determinadas actitudes en relación con valores”; continúa explicando.
La fuerza motivadora de las consignas aumenta “cuando ha surgido de un interés o un problema generalizado que se ha convertido en una necesidad sentida… o cuando… hemos sido capaces de plantearla motivadoramente con una frase “pegajosa” y ha tenido un buen seguimiento”, sigue diciendo nuestro ideólogo fundador. El resultado esperado es fortalecer decididamente una actitud o comportamiento positivo, así como facilitar la convivencia colectiva. 
     El tema del cuidado del ambiente natural y socio cultural, es decir, el eje transversal de la ciudadanía ecológica, ha estado y está presente en múltiples consignas, que para ser implementadas han requerido asambleas, proyectos, talleres de arte, comisiones productivas, atravesando el quehacer del colegio en casi todas sus áreas y utilizando todos los principios pedagógicos y recursos metodológicos. Este año, para el primer trimestre, se está trabajando la consigna: “Si en un mejor ambiente quiero vivir, mi consumo debo cuidar y reducir”.







    Durante los 35 años de vida institucional, el colegio La Casa de Cartón ha promovido una amplia variedad de consignas ligadas a las necesidades de reflexión y acción escolares. Unas promovían los cuatro grandes valores del Ideario, otras, la convivencia armónica, así como algunas, la ciudadanía democrática y la consciencia ecológica.

    Por ejemplo: “A la violencia, tolerancia cero. No la ejerzo ni la promuevo”, se dio en el contexto de casos de violencia de género. “Soy honesto, sin excusas ni pretextos”, se generó en el contexto de los audios de jueces y corrupción. Ambas consignas se trabajaron durante el año 2018.

    “Ordena tu espacio y tu tiempo… y tendrás 100% en cumplimiento” y “Respeta mi espacio y mi esencia, valoremos nuestras diferencias”, fueron implementadas en el 2014. “Si quieres crecer y aprender, ponte pronto a leer” y “Con mis creaciones, comparto mi opiniones y expreso mis emociones” fueron las consignas del 2013.

    “Toma conciencia, escucha a la ciencia” y la segunda “Si la meta quieres alcanzar, comprométete a participar”, fueron las consignas promovidas durante el 2012. “Agua, luz, papel, ahorremos todo a la vez”, “Con fruta y verdura, mi fuerza perdura” y “Respeto, ingrediente secreto para un Perú diverso”, corresponden a las fomentadas en el 2011. Y las consignas del 2008 fueron: “Si llegamos a un acuerdo, que no quede en el recuerdo”, “Me esfuerzo en todo momento hasta quedar contento” y “Si la vida quieres cuidar, entonces a reciclar”, del 2008.




NO LO OLVIDES:
“Si en un mejor ambiente quiero vivir, mi consumo debo cuidar y reducir”.



[1] Ver la página web del colegio.
[2] Mariano Moragues Ribas de Pina, uno de los fundadores, ideólogo y director del colegio durante los primeros 20 años, escribió “Hacia la escuela posible: Sistematización del proyecto educativo del colegio La Casa de Cartón”; que fue publicado en 1996 por TAREA. Se están citando textos de la segunda edición, publicada por EDUCALTER, en el 2014. 

Ciudadanía ambiental en el Colegio La Casa de Cartón


La idea fuerza de la propuesta educativa, explicitada en el Ideario y desarrollada en el libro Hacia la escuela posible, de Mariano Moragues, implica formar personas competentes en todas las áreas que caracterizan lo humano, comprometidas con lo más valioso de la Humanidad y que puedan, si así lo deciden libre y conscientemente, ser transformadores de su vida y de su entorno. O dicho en otras palabras: ser ciudadanos ambientales[1].
Mariano sintetizó la filosofía humanista del Ideario de la siguiente manera:
“La “felicidad” de las personas que tratamos de formar y el aporte que puedan dar a la humanización de su sociedad serán dos de los indicadores sustantivos evaluadores de la validez de nuestras convicciones. (…) Son dos convicciones que darán sustento a la opción por el cambio social y a determinada intencionalidad política, marcada por una búsqueda de una democracia real”[2].






La pretensión de una democracia real, que sea activa, verdaderamente representativa, inclusiva y redistributiva, con opciones para el cambio socio cultural, configuran componentes de la ciudadanía. La humanización de la sociedad pasa no solo por la reivindicación de derechos y libertades, asumiendo responsablemente los deberes, sino además, por el esfuerzo para detener la depredación destructiva que viene sufriendo la fuente de recursos naturales para la vida: el ambiente planetario.
En el acápite “Nuestros fines”, del primero de la serie de tres fascículos, con el mismo título del libro morado[3], puede leerse que: “Nosotros pretendemos que nuestra escuela logre agentes de cambio, gestores del autogobierno, con perspectiva y ética de la solidaridad, asumiendo como valor supremo el respeto a la vida y a la dignidad de todos”. 
Los fines, desagregados en tres áreas: personal, sector educativo nacional y ámbito político social; plantean para lo personal: “que nuestros alumnos sean personas más sanas –física y psicológicamente-, más lúcidas, más solidarias y por lo tanto más éticas y críticas ante la realidad”.
Para el sector educativo nacional se busca: “contribuir a la formación de una red de escuelas innovadoras y a impulsar un movimiento de renovación pedagógica a escala nacional”; y para el ámbito político social: “Apostamos por una verdadera libertad para todos, por la justicia social, la honestidad en el manejo de los recursos públicos, el mejoramiento de las condiciones de vida, la democratización del poder y por una real democracia de participación más directa”[4].

Para lograr estos fines se han diseñado –como componentes sustantivos y distintivos de la propuesta educativa del colegio-, una serie de objetivos actitudinales, de habilidades y destrezas; principios pedagógicos y recursos metodológicos.

Los principios pedagógicos y los valores del Ideario se han reestructurado a través de dos ejes transversales que los organizan: la formación ciudadana y la consciencia ecológica. 
     Con la formación ciudadana, se explica en el mismo fascículo: “buscamos responder al urgente llamado por construir una sociedad justa y democrática. Consideramos a la escuela un espacio de construcción de ciudadanía participativa, porque hace énfasis en la formación de personas capaces de ser parte activa de la sociedad (…)”.
Sobre la consciencia ecológica se expresa que: “… surge como necesidad de dar respuesta urgente e inmediata a la realidad ecológica del planeta. Pretende que el alumno sea capaz de establecer una relación de respeto con su medio ambiente, asumiéndose como sujeto de cambio dentro de su entorno ecológico” [5].
La síntesis de ambos ejes transversales reúne las características sustantivas de la ciudadanía ambiental o ecológica, es decir: formar personas solidarias que participan activa y democráticamente en la sociedad, con acciones inclusivas y de respeto a las diferencias y minorías, siendo agentes de cambio para una distribución más justa y no depredadora de los bienes y recursos naturales; personas que valoran lo que tienen, saben y son; que desean compartirlo y promoverlo en los demás y que se sienten comprometidas con la preservación del medio ambiente por ser la fuente natural de todos los recursos existentes.
Las minkas y las consignas son oportunidades para ejercer la ciudadanía ambiental.



[1] Se está utilizando como sinónimos “Ciudadanía Ambiental” y “Ciudadanía Ecológica”.
[2] El libro morado, como coloquialmente se le denomina a “Hacia la escuela posible”, y los tres fascículos con ese mismo nombre, se encuentran en la página web de La Casa de Cartón.

[3] Páginas 30 y 31 de Hacia la escuela posible: Sistematización del proyecto educativo del colegio La Casa de Cartón; de Mariano Moragues Ribas de Pina, que fue publicado en 1996 por TAREA. Las citas corresponden a la segunda edición, publicada por EDUCALTER, en el 2014. 
[4] Pág. 14 del Fascículo I. Nuestra propuesta pedagógica.
[5] Pág. 18 del mismo Fascículo I.