martes, 16 de junio de 2020

¿Cómo acompaño a mis hijos con sus clases virtuales?


La cuarentena y los cambios que conlleva están ocasionando variaciones en prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana. Durante este año escolar, al menos, los estudiantes de todos los niveles y grados no asistirán a sus centros educativos, según la ley dada por el gobierno ante la emergencia. La educación y los estudios en casa de nuestras hijas e hijos, nos exigen buscar innovaciones en hábitos y métodos de trabajo escolar, tanto a los docentes como a las familias. En ese contexto, ¿cómo podemos acompañarlos de forma armónica, alegre y hasta lúdica?

Si queremos ayudar a nuestras hijas e hijos en su educación virtual durante la cuarentena es importante considerar, por lo menos, tres aspectos: Primero, el estado de ánimo del familiar que deviene en profesor o profesora. Segundo, el nivel de manejo de la computadora y los programas que ofrece. Y tercero, el ciclo en el que cursan los estudiantes a ser atendidos.

Solo si nos encontramos en un buen estado anímico es recomendable que tratemos de apoyar a nuestras hijas e hijos con sus quehaceres escolares. Si detectamos que no estamos bien, es preferible que otra persona de casa los oriente: hermano o hermana mayor, abuelos o suegros, por ejemplo. Pero si nos encontramos en equilibrio, paz interior, buena onda o algo así, pues entonces procedamos a preguntarles si podemos acompañarlos en sus labores.


Se recomienda leer el Ideario, los principios pedagógicos, los objetivos actitudinales y los objetivos de habilidades intelectuales, los recursos metodológicos que permiten aplicar ambos tipos de objetivos, así como la relación profesor alumno/a. Estos temas se encuentran resumidos en los fascículos Hacia la Escuela Posible, colgados en la página web. Revisarlos y ponerlos en práctica nos permitirá compenetrarnos con el estilo del colegio, sobre todo si queremos ser docentes en casa, a la manera de La Casa de Cartón.

En segundo lugar, seamos sinceros con nuestras habilidades en cómputo. Si no sabemos mucho, igual podemos acompañar a nuestros hijos e hijas y aprender algo en el proceso. A los chicos y chicas les encanta mostrar lo que han aprendido, compartirlo con el adulto y ser valorados por ello, así que, sin ningún reparo, podemos conversar sobre el proyecto que están desarrollando o sobre otro aspecto requerido y, de paso, ir viendo cómo manejan las máquinas y aprender de ellos. Estarán felices de enseñarnos, si se los permitimos, siempre y cuando no resultemos ser una interferencia, más que una ayuda, en los plazos y logros requeridos por el colegio para su grado.


Aquellos que nos entendemos mejor con las computadoras y sus programas, podemos acompañar el proceso de aprendizaje y aportar elementos técnicos, a la vez que reflexiones sobre el sentido de lo que hacen nuestras hijas e hijos. El apoyo del adulto o hermano mayor, que sabe manejarse con tecnologías de la información, es puntual y breve. Se atiende lo referido a “¿cómo hago esto o aquello?” y punto. Pero puede resultar una aventura fascinante compartir la búsqueda de datos, conocerlos, comprenderlos, analizarlos, llegar a una síntesis y evaluar si son aplicables y en qué aspectos de la vida.

Si lo que está descubriendo necesita ser plasmado en diapositivas PPT (Power Point), entonces podemos explicarle lo que le será útil para la presentación de su trabajo y hacer juntos la preparación de las imágenes para la exposición. Si lo que necesita es organizar un cuadro en Excel para presentar los resultados de la indagación, entonces se le orienta en el uso de dicho programa. Igual con el Word, ya sea para aspectos ortográficos y de estilo, como en la resolución de cuadros y diagramas.

También podemos orientar sobre la calidad de las fuentes. Los documentos en PDF y aquellos suscritos por universidades, centros de investigación reconocidos u organismos internacionales con trayectoria solvente sobre determinado tema, son definitivamente preferibles.

En tercer lugar, consideremos el ciclo que cursan los estudiantes. Las chicas y chicos de Primer y Segundo Ciclos, suelen manifestar admiración y respeto por el líder adulto, y la curiosidad natural es la mejor herramienta de trabajo con ellos. La combinación de horizontalidad democrática y puesta de límites comprensiva, hace muy manejables las situaciones de aprendizaje con niñas y niños entre inicial y quinto grado de primaria.



Con los púberes del Tercer Ciclo, el manejo puede ser más exigente en términos de afirmación personal y cuestionamientos al docente, sobre todo si es un familiar directo. Con los adolescentes del Cuarto Ciclo, la docencia y el acompañamiento escolar en casa, nos enfrentará al reto de sacar lo mejor de nosotros mismos, que podrá convertirse en arte, ciencia, filosofía, pedagogía y psicología; en una aventura vital y trascendente para la formación de ambos: familiares y estudiantes.

En la próxima entrega, redondearemos las ideas sobre el trabajo de madres, padres y otros familiares en el acompañamiento educativo virtual de nuestras hijas e hijos de acuerdo a edades y ciclos. Hasta pronto.

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