jueves, 1 de junio de 2023

Inteligencia Artificial - IA

En los artículos de abril y mayo hemos revisado juntos las principales definiciones sobre la inteligencia humana y sus aplicaciones en la vida cotidiana. Vimos cómo de una idea única y general de la inteligencia hemos pasado a una concepción múltiple y variada, especificando distintos ámbitos donde se expresa esta cualidad adaptativa, cognitiva y socio emocional. También consideramos que para que sea realmente útil y práctica en la cotidianidad laboral, estudiantil, familiar y socio cultural, es preciso desarrollar la inteligencia emocional en sus aspectos intra e inter personales. Finalmente, en el artículo anterior, revisamos someramente algunas ideas en torno a la inteligencia animal y lo que estos seres vivos nos aportan en la mejora de nuestra propia existencia como entidades interdependientes al cuidado de nuestro planeta, el hogar de todas las especies vivientes.

Hoy generaremos polémica al plantear un tema muy de moda y de actualidad, pero que requiere una discusión alturada y saludable previendo los pros y los contras que se nos vienen por delante, en un futuro que ya está aquí y ahora. Nos referimos a la inteligencia artificial.

 


Pero, ¿qué significa este concepto? ¿Qué es la inteligencia artificial?

En Google, uno de los buscadores del ciberespacio que opera con este tipo de inteligencia, definen la IA como “una rama de la computación que busca simular la inteligencia humana en una máquina (…). Máquinas que están programadas para llevar a cabo determinadas tareas de forma automática sin la necesidad de que los seres humanos supervisen su trabajo. La inteligencia artificial hace referencia a sistemas informáticos que buscan imitar la función cognitiva humana a través de máquinas, procesadores y software con el objetivo de realizar tareas de procesamiento y análisis de datos. (…) Los sistemas de inteligencia artificial funcionan con algoritmos, al usar técnicas como el aprendizaje profundo y aprendizaje automático para demostrar conductas ´inteligentes´” (1).  

De otra parte, Nuria Oliver, directora científica de la Fundación Ellis Alicante, una de las organizaciones de vanguardia en el manejo de la IA,  nos informa que: “La Inteligencia Artificial (IA o AI en inglés) es “la capacidad que tiene un dispositivo (como un móvil, ordenador o robot) para realizar tareas que generalmente requieren inteligencia humana. En informática, la Inteligencia Artificial es la disciplina donde estudiamos y desarrollamos estos sistemas” (2).

Oliver nos explica que la inteligencia artificial es tan variada y compleja como lo es la inteligencia humana. La IA se propone imitar variados aspectos de la inteligencia humana tales como: la capacidad de percepción, el reconocimiento del contexto, la implementación de respuestas acordes a esa cognición del entorno, la planificación ordenada de secuencias de comportamiento, la resolución de problemas, la creatividad al innovar soluciones, el aprendizaje sostenido de patrones estables y novedosos así como la adecuación a los cambios que estos últimos provocan. En suma, la emulación de las inteligencias múltiples (social, emocional, musical, verbal o lingüística, lógica, matemática, espacial y naturalista) mediante dispositivos fundamentalmente electrónicos de última generación.

La directora científica de la Fundación Ellis que venimos citando, quien ha sintetizado en su artículo mucho de lo publicado en la web sobre el tema, distingue tres tipos de IA de acuerdo al nivel de competencia. Los tipos son: (i) la inteligencia artificial específica o débil, “Que es la que existe hoy en día y que es capaz de hacer muy bien –probablemente mejor que el mejor de los humanos– una tarea o conjunto de tareas previamente acotadas y solamente esas tareas, por ejemplo, jugar al ajedrez”. (ii) La inteligencia artificial general o fuerte, que pretendería emular todas las competencias humanas. “Considero que estamos muy lejos de conseguirlo, si es que se consigue. Sin embargo, no necesitamos IA general para que la IA ya esté transformando profundamente nuestra sociedad”. (iii)  La súper inteligencia, que “sería una IA que superaría a la inteligencia humana, alcanzando en ese momento lo que se conoce como la singularidad. Por definición, al ser una inteligencia superior a la nuestra, no la comprendemos”. 

Y es esta proyección hacia la creación de máquinas de diseño humano con súper inteligencia, la que da inicio a la polémica. Sugerimos a las y los docentes de cada ciclo y en asamblea de profesores, plantearse retos de investigación científica sobra la IA para retroalimentar los proyectos de indagación de las y los estudiantes.

Algunas preguntas que encaminen la reflexión-conversación podrían ser:


-   ¿Qué dispositivos con inteligencia artificial usamos cotidianamente? ¿Son un aporte o generan alguna dificultad? ¿De qué manera aportan? ¿De qué forma provocan inconvenientes?

-   ¿Cómo visualizamos el mundo y las sociedades humanas de aquí a 5 años? ¿A 10 años? ¿A 20 años vista?

-    ¿Qué requieren estos dispositivos y máquinas “inteligentes” para ser producidas? ¿A quiénes beneficia? ¿Significan un costo alto para el planeta y la sostenibilidad de la vida o por el contrario, no generan consecuencias ni daños?

-   Como colegio y como personas, ¿qué tecnologías será necesario implementar en las aulas o espacios de aprendizaje en el corto y mediano plazo?


Estas sugerencias u otras que proponga el equipo docente y administrativo, así como las interrogantes que provengan de los estudiantes, bien podrían orientarnos a considerar estos asuntos que parecían futuristas pero que ya los tenemos delante. 

Observemos atentos y con harta información los acontecimientos que en esta lógica de la tecnología y la ciencia nos traiga el futuro inmediato, para estar claros respecto a posibilidades y riesgos. Que la indagación científica les sea propicia. Hasta pronto.

  

                                                                                             Carlos Ureña

                                                                                 Integrante de EDUCALTER

 


(1)    Fuente: https://www.google.com.pe/search?q=inteligencia+artificial

-        Algoritmos: Son el conjunto de instrucciones informáticas para realizar una acción o resolver un problema específico que recibe una máquina o dispositivo mediante programas cibernéticos (hardware o software). (Google.com)

-        Aprendizaje profundo: Las experiencias a través de las cuales aprenden las máquinas se definen mediante los datos que adquieren y la cantidad y la calidad de estos datos determinan cuánto pueden aprender. La variedad de experiencias y aprendizajes dependerá, en la disciplina de la inteligencia artificial, de la potenciación de las máquinas por el software y el hardware con el que se les programe. (NetApp.com)

-        Aprendizaje automático: Es el proceso mediante el cual se usan modelos matemáticos de datos para ayudar a un equipo (dispositivo o computadora) a aprender sin instrucciones directas. Se considera un subconjunto de la IA. El aprendizaje automático usa algoritmos para identificar patrones en los datos, y esos patrones luego se usan para crear un modelo de datos que puede hacer predicciones. Con más experiencia y datos, los resultados del aprendizaje automático son más precisos, de forma similar a cómo los humanos mejoran con más práctica. (Azure.microsoft.com).


(2)    ¿Qué es la Inteligencia Artificial? Nuria Oliver. Página web de la Fundación Ellis Alicante.

Fuente: https://ellisalicante.org/ia?gclid=CjwKCAjwscGjBhAXEiwAswQqNECm7patuMzDf5ZEa7AYM5ZYNtt1TU40MsRH8iZbm7gydFtkOfJzMxoCPK0QAvD_BwE


(3)     En el mismo artículo, la autora describe detalladamente la cantidad de aspectos de la vida donde ya están vigentes las aplicaciones de la IA. Por poner algunos ejemplos: En la versatilidad de las redes sociales, en facilitar accesos múltiples a información de todos los temas a través de buscadores en internet, en los tutoriales o asistentes que enseñan a utilizar datos o programas o a realizar ciertas funciones específicas, en la administración pública, en el sector salud, en la banca y la economía, en la gestión de “ciudades inteligentes”, en la regulación del tránsito vehicular y transporte público, en la automatización de innumerables industrias, entre otros aportes.

 

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