viernes, 27 de marzo de 2020

Cuarentena y cambio de vida


Por primera vez en la historia de la humanidad, los países han cerrado sus fronteras, han suspendido el tránsito de aviones, barcos, trenes y autobuses de pasajeros, para que el coronavirus o Covid 19, no contagie a más personas. El aislamiento social obligatorio o cuarentena, es una medida para prevenir y combatir la epidemia generalizada o pandemia. En el Perú se ha declarado el “estado de emergencia” y la cuarentena nos obliga a quedarnos en casa para evitar contagiar o ser contagiados. 

Si no nos movemos libremente por las calles y nos quedamos en casa, tenemos menos contacto con personas que podrían estar con el virus. No tocamos lo que otros han tocado, no respiramos el mismo aire y evitamos que se expanda la enfermedad.

Quedarse en casa es un cambio muy fuerte y extremo. No estamos acostumbrados a hacerlo -salvo los fines de semana o en vacaciones- y supone modificar muchas pautas de comportamiento y hábitos diarios.


Estamos acostumbrados a levantarnos como si empezara una carrera: correr a preparar el desayuno y las loncheras, correr a asearse y vestirse, correr al paradero o salir en el auto para ir al colegio o al trabajo. Estamos mucho tiempo fuera de casa y volvemos por la tarde, algunos, y en la noche, muchos. El estilo de vida que tenemos puede llevarnos –incluso- a seguir corriendo al regresar a casa: que la cena, que las tareas de los chicos, que comprar esto o aquello que falta, que planchar esta o esa otra prenda y así… al infinito. Una maratón que puede hacernos perder de vista el sentido y la verdadera dimensión de las cosas, los lugares y –sobretodo- de las personas con las que compartimos vida.

Hoy nos toca quedarnos en casa. Tenemos que quedarnos para detener la plaga y este solo hecho, no salir a la calle como lo hacíamos, modifica profundamente nuestras vidas. Si adoptamos una actitud positiva ante la alteración de nuestras rutinas y costumbres, podremos apreciar que podemos aprovechar para bien, el mayor tiempo con que contamos para nosotros, para nuestras parejas, para nuestros hijos y familia, dependiendo de con quiénes vivamos.


Sobre este gran giro que viene dando la vida en estos días de cuarentena, Carlos Palacios, director del Colegio La Casa de Cartón, nos alcanza algunas reflexiones en su artículo “Tiempos especiales”, colgado en el Facebook del Cole. Ahí, Carlos nos dice:

“(…) Hagamos de estos tiempos una oportunidad para mirarnos a nosotros mismos. Hagamos de estos tiempos una oportunidad para mirarnos con quienes compartimos la casa. Hagamos de estos tiempos una oportunidad para mirar la casa y aprender, compartiendo tantas cosas sencillas, pero vitales: aseo, limpieza, preparar alimentos, sentarnos juntos en la mesa, conversar mirándonos a los ojos con quienes más queremos (…)”.

De todos modos, hay que decir que no a todos les cae bien este espacio de enclaustramiento familiar. Muchos viven de lo que producen día a día, no tienen reservas económicas ni de alimentos, tampoco buen ambiente en familia, sea por el trato entre sus miembros o por el hacinamiento que produce estrés, especialmente si los niños se aburren o reclaman atención especial y los padres o madres no están en la mejor disposición. Parece ser que, inclusive, según Save the Children, podría incrementarse la violencia intrafamiliar, lo que sería terrible. Por ello debemos tener en cuenta la Inteligencia Emocional: anticiparnos a la circunstancia y saber que el maltrato solo empeoraría la situación. Hagamos un esfuerzo individual en pro del beneficio familiar.

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