martes, 7 de abril de 2020

¿Cómo podemos manejar el estrés y la ansiedad durante la cuarentena? (Parte 1)


En épocas de crisis se manifiesta lo mejor o lo peor de las personas. En los dos artículos anteriores del blog del colegio, hemos revisado algunas ideas de lo que se puede hacer para que salga lo mejor de nosotros en medio de una pandemia que nos obliga –por prevención ante el contagio- a quedarnos en casa. Veremos ahora, ¿qué podemos hacer cuando aparece lo peor?
La grave crisis mundial que estamos padeciendo viene ocasionando un severo impacto en: la salud, la economía, el trabajo, la educación, el acceso a servicios, las relaciones sociales y familiares; en todos los aspectos de la existencia, en suma, y ha cambiado muchísimo nuestra manera de vivir.
El miedo, la ansiedad, la desesperación, la tensión estresante, el agobio por sentirse encerrados, la cólera y el ponerse a renegar de lo que pasa o a regañar a cada rato, pueden malograrnos la existencia y malogrársela a los que viven con nosotros durante la cuarentena. No estamos acostumbrados a estar metidos dentro de cuatro paredes ni a ver durante 24 horas a aquellos con quienes vivimos, así sean nuestros seres queridos, nuestra familia.
“El grito”, de Munch

 
Ya sea que vivamos con nuestra pareja y nuestros hijos, que estemos separados y a cargo de los chicos, que nos hayamos quedado solos o que vivamos con otros familiares, sea cual sea nuestra condición hogareña en esta cuarentena, es preciso decidir pasar de una actitud negativa a una positiva para no hacer ni hacernos daño.
¿Y cómo cambio de actitud? ¿Cómo me libero de las emociones negativas que puedo estar sintiendo, sean estas de miedo, estrés, ansiedad, pánico, agobio, desesperación, angustia, cólera o asfixia?
Veamos algunas ideas prácticas, de manera resumida, para afrontar lo que pasa conmigo mismo, si estuviera en actitud negativa o sintiendo alguna de las emociones mencionadas.
1.    Consciencia de mí y del entorno: Es preciso que acepte plenamente lo que nos ha tocado vivir. Estamos en medio de una situación única y novedosa a nivel mundial que hace urgente y necesario un autoanálisis de nuestra parte. A través de un FODA  personal (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), puedo realizar una autoevaluación y comunicarla a quienes conviven conmigo. En una asamblea familiar podemos acordar que todos hagan su autoevaluación para contar con el aporte de las fortalezas y estar al quite de las debilidades de cada quien. Siendo conscientes adrede de nuestras características positivas y de lo que podemos mejorar y compartiéndolo con los demás, es posible plantearnos retos para no manifestar la parte “fea” que todos tenemos.


Para completar la toma de consciencia de mí y los míos, cada miembro de la familia, en la misma o en una nueva asamblea familiar, puede brindar su opinión sobre los demás. Es lo que en el colegio llamamos heteroevaluación. 
Habiendo efectuado nuestras auto y hetero evaluaciones en familia e identificándonos con el Ideario del colegio, podremos aceptar mejor lo que pasa en el mundo y decidir no ser parte del problema, sino de la solución. Nos solidarizamos conscientemente con los demás y tomamos la determinación de quedarnos en casa sin miedos ni angustias innecesarias. Ojo: No nos resignamos, sino que aceptamos plenamente cómo nos estamos sintiendo y los cambios que nos ha tocado vivir



  
2.   Hacer una lista de gratitud: Cuando sintamos desazón, desesperanza o malestar emocional de algún tipo, en lugar de dejarnos llevar por la emoción negativa podemos hacer un listado de todas aquellas cosas que valoramos y tenemos. 
En la autoevaluación he revisado mis fortalezas, aquellos aspectos positivos de mi ser que me permiten lograr objetivos, desenvolverme como persona y relacionarme con los demás, especialmente con mi familia, amigos y compañeros de trabajo. 
Estar vivo y tener salud, es una de las primeras cosas que muchos anotamos al hacer una lista de las razones por las que estamos agradecidos. El tener familia, una pareja y a nuestros hijos; el contar con un hogar, una casa que tiene agua en los caños o bidones; luz y energía para la cantidad de electrodomésticos y equipos computarizados o electrónicos con los que contamos. Tenemos alimentos y bebidas, muebles, camas, ropa para cada estación. Hasta algunos contamos con un mini gimnasio. Tenemos autos, bicicletas o podemos pagar por transporte, salir a comer a la calle, ir a un cine, al estadio, al teatro o a un concierto. Podemos… podemos… podemos… y un larguísimo etcétera. 

 En el próximo artículo veremos otros aspectos que pueden servirnos para cambiar actitudes o emociones negativas por positivas.

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