sábado, 25 de abril de 2020

Día de La Tierra 2020


El 22 de abril del 2020 se ha celebrado “El Día de la Tierra” en todo el mundo. Ciento cuarenta países, de los alrededor de 200 existentes, se han ido sumando a esta celebración que marca el inicio del movimiento ecologista moderno[1]. Esta corriente busca una mayor toma de consciencia de los efectos negativos del estilo de vida humano sobre el planeta, así como formas de producción y consumo sostenibles que preserven la riqueza de nuestro hábitat natural, en lugar de contaminarlo.


Desde que su creación -hace 50 años- este año ha sido el mejor Día de la Tierra en décadas, si no en siglos, debido al reflorecimiento o despertar planetario que -en tan sólo un mes- la naturaleza hace evidente en todos los confines del mundo. La reducción de actividades económicas y de tránsito aéreo, marítimo y terrestre, a las que obliga el esfuerzo de controlar la pandemia, han disminuido fuertemente las emisiones de elementos tóxicos que contaminan el medio ambiente.

La biósfera terrestre, a través del mar, las playas y su entorno; los lagos y ríos, así como los alrededores a éstos; el aire de todas las ciudades del mundo en cuarentena o con restricciones de tránsito vehicular y fabril; así como las calles de las ciudades visitadas por animales que estuvieron alejados por años, mientras que los humanos los observan desde el encierro en sus domicilios, nos muestran que el medio ambiente puede recuperarse muy rápidamente si le damos un respiro.


Foto: La República[2]

Las imágenes en la televisión internacional y nacional, las fotografías en los diarios de todo el mundo, los videos que circulan por Facebook y Whatsapp, nos permiten ver cómo los animales están visitando las calles de las ciudades desiertas de humanos y vehículos, al tiempo que nos muestran la vertiginosa recuperación del medio ambiente en el mes y medio que se vienen aplicando mundialmente las medidas de contención al coronavirus.

En el Perú, TV Perú, Canal 7, emitió un programa conmemorativo por el Día de la Tierra, donde los reporteros y los expertos entrevistados se quedaban maravillados por lo cristalinas que están las aguas de Los Pantanos de Villa, en Chorrillos, con el consecuente reflorecimiento de la variada flora y fauna de ese refugio de vida silvestre urbano. También presentaron, llenos de sorpresa y esperanza, cómo la Laguna Moronacocha, en Iquitos, viene recuperando su ecosistema y esplendor, al no arrojarse residuos sólidos en este sector de la ciudad loretana. Dos ejemplos de lo refrescante que resulta para la Tierra, la casa de todos, un pequeño descanso de la hiperactividad productiva humana, no siempre basada en necesidades reales, sino en el afán de lucro que caracteriza al sistema.


Foto: Google[3]

Tal como puede verse en varios audio visuales de las redes sociales y parafraseándolo a nuestro estilo: Esperamos no volver jamás a la “normalidad”, ya que se había hecho “normal” destruir al planeta Tierra con nuestras actividades. Esperamos volver a las actividades vitales necesarias para existir, más conscientes y más humanos, tras ser testigos de cómo revive la Tierra cuando le damos un descanso, por breve que este sea.


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