El aire se está limpiando
rápidamente, al menos en Lima y, de acuerdo a las fotos tomadas desde los
satélites, en todas las ciudades con cuarentena estricta. El cierre de ciudades
y países enteros ha ocasionado una menor circulación de autos, camiones y
ómnibus, al igual que el no funcionamiento de muchas fábricas, lo que le está
permitiendo un “respiro” a la atmósfera del planeta.
Fotos: Diario Correo
De acuerdo a la información divulgada por Ojo Público, los
investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Agraria La
Molina (UNALM), han verificado, a través de imágenes satelitales, una
significativa mejora de la calidad del aire al reducirse los niveles de concentración
de contaminantes sobre Lima y El Callao.
Con los reportes de las estaciones de
monitoreo de la calidad del aire del Servicio Nacional de Meteorología e
Hidrología (SENAMHI) y con los informes de la Dirección Nacional de Salud
(DIGESA), se ha podido establecer la importante disminución de las
concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) en Lima Metropolitana.
El Ministerio del Ambiente (MINAM),
por su parte, reportó que a partir de marzo del 2020 no se ha registrado ningún
promedio semanal superior a 20 microgramos por metro cúbico de partículas
tóxicas en el aire. Esa cantidad de partículas no supera el límite sanitario
–como antes que sí las superaba- y se debe a la ausencia de emisiones de
motores diésel.
Los informes del SENAMHI, la DIGESA y el MINAM proporcionaron la data
necesaria para que los investigadores de la Universidad Nacional Agraria La
Molina diseñaran la metodología y las técnicas para corroborar esta
información. A través del satélite Sentinel-5P, Tropomi, captaron imágenes que
les permitieron comprobar gráficamente la reducción de la concentración de dióxido
de nitrógeno y la consiguiente mejora de la calidad del aire limeño en la
semana posterior al inicio de la cuarentena.
Imagen satelital difundida en OJO PÚBLICO
La descontaminación del aire ha
despejado la neblina densa y gris permanente que cubría Lima, que le daba ese
aspecto de “cielo color panza de burro” y que se debía al smog que enturbiaba
la vista y la atmósfera urbana. Se ha despejado tanto el cielo limeño que ahora
luce celeste y se pueden ver, desde el Circuito de Playas, los cerros que la
rodean. Montes que para muchos, son los Apus que cuidan la capital del Perú.
El arquitecto Jean Pierre Crousse
captó varias imágenes de las distantes elevaciones, entre las que destaca la
Meseta de Marcahuasi y las Lomas de Mangomarca, así como los cerros: Centinela,
Puruchuco, Chaclla, Colorado, Camote y El Agustino.
El video “Los Apus Tutelares de
Lima”, de #Perú sorprendente #RTV (Canal del Diario La República), colgado en https://www.youtube.com/watch?v=p9daQHu8NYI, les resultará muy interesante.
A la derecha la Meseta de Marcahuasi. El pico más alto es el
Cerro Centinela
Foto: Jean Pierre Crousse
Además del aire, la contaminación del
mar también ha disminuido. Debido a la menor circulación de barcos y actividades
fabriles y pesqueras, se ha reducido la
emisión de residuos hacia el mar peruano, así como se observa una mayor presencia
de bancos de peces en las costas de nuestro litoral, especialmente en las
playas de Lima. Desde Punta Hermosa hasta el Circuito de Playas, sobre todo en
La Herradura y Agua Dulce, la enorme cantidad de aves de diferentes especies
dan cuenta del incremento de la fauna acuática cerca de la costa.
Por la ausencia de gente en las
playas, las gaviotas de Franklin, en especial, han tomado estos lugares, ahora
desiertos, como estación en su largo viaje migratorio hacia el hemisferio norte
del mundo. El mar repleto de peces les aprovisiona el alimento que necesitan en
su peregrinaje hacia las zonas cálidas donde realizarán su reproducción y anidamiento.
Gaviotas de Franklin,
guanayes y zarcillos ocupan las playas de Lima.
Foto: ANDINA / Jhonel Rodríguez
Robles.
En el artículo publicado en la web
por Mongabay Latam[1],
entrevistan a Carlos Zavalaga, investigador del Grupo Aves Marinas de la Unidad
de Investigación de Ecosistemas Marinos de la Universidad Científica del Sur
(UCSUR), quien explica que “Normalmente estas especies (migratorias) se
congregan en grandes números en otras áreas donde no hay humanos, la diferencia
es que como ahora estas playas están vacías y limpias, se trasladan de otras
zonas a estos lugares que vuelven a estar disponibles”.
Igual ocurre con especies residentes
como los pelícanos, guanayes y zarcillos, que vienen ocupando las playas ante
la ausencia de personas. El descanso y la comida están a su alcance allí.
El incremento de peces en el mar,
preciado alimento de las aves marinas migratorias o residentes, se debe a la
reducción de la actividad pesquera principalmente. La pesca comercial de
anchoveta está restringida. La producción de harina de pescado se encuentra
suspendida durante esta etapa de la cuarentena.
Asimismo, la pesca artesanal para el
consumo humano ha disminuido notablemente debido a la baja en las compras de
pescado y a la dificultad que tienen muchos pescadores de llegar a los muelles
desde donde se embarcan.
La mayor cantidad de peces del
litoral limeño, atrae no solo a las aves marinas, sino a lobos de mar y
delfines.
Por su parte, el Diario Ojo describe
la situación de la siguiente forma: “La tierra sin humanos. A 6 días de la
desaparición de los humanos, las playas de Lima como Agua Dulce son tomadas
nuevamente por las aves y otras especies silvestres... “.
“Lo que ha sucedido es una recolonización
de las playas por las aves y justo ha coincidido con la migración de regreso de
las aves. Cuando el humano vuelva a salir, las aves volverán a replegarse a
otros lugares”, dijo el ornitólogo Fernando Angulo a Buenos Días Perú
(citado por OJO[2]).
“La naturaleza se ha recompuesto, ha
vuelto a nacer”, “hace 40 años que no veía esto", comentaron algunos
vecinos.
En la página web de
Buenos Días Perú, se habla de un “despertar de la naturaleza”, en relación a
los espacios vacíos dejados por los seres humanos durante la cuarentena. Las
playas, antes llenas de comerciantes y bañistas, han sido repobladas por las
aves y peces.
En la misma página
puede leerse: “Esta es una
imagen que de todas maneras quedará en el recuerdo de muchas personas, y
también servirá de reflexión para analizar el actual estilo de vida del ser
humano, manifiestamente ajeno a la naturaleza que nos rodea y que es parte de
nuestro mundo” [3].
Los delfines corrieron olas en la Playa La Herradura el sábado 28
de marzo. La mayor limpieza del aire, del mar y de la playa, que ha causado la
cuarentena, hizo posible que una manada de delfines visitara La Herradura y
“disfrutaran plenamente” su estancia allí.
Foto: Extra Actualidad. Domingo
29 de Marzo del 2020
Todos
estos cambios vienen ocurriendo durante el primer mes de cuarentena. Hasta en
nuestros hogares podemos escuchar más fuerte y más seguido a las aves. El
silencio de los autos y la ausencia de personas le están dando un respiro a la
naturaleza.
Que
esta crisis sanitaria mundial nos permita evaluar y cambiar nuestro actual
estilo de vida, para poder seguir “formando personas solidarias, buscadoras de
verdad, libres y creativas para una sociedad democrática y un mundo
ecológicamente viable”.
https://es.mongabay.com/2020/03/animales-silvestres-coronavirus-llegan-a-las-ciudades-de-latinoamerica/
[2] Fuente: Locomundo del Diario Ojo
[2] Fuente: Locomundo del Diario Ojo
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