Para motivar a nuestras hijas e hijos, estudiantes del colegio, hacia las ciencias, tomando en cuenta la biología y comenzando por el proyecto El Cuerpo Humano, por ejemplo, podemos realizar varias mediciones corporales.
Medirnos la
temperatura con termómetros, el pulso o ritmo cardiaco (si conseguimos
un estetoscopio, mejor; si no, presionando los dedos medio e índice en la cara
interna de la muñeca del evaluado), la presión arterial (con tensiómetros), la
vista (simulando una visita al oculista y colocando a 3 metros mínimo cartillas
con letras de diferente tamaño del más grande al más pequeño); el oído (bajando
el volumen gradualmente de un audio no musical sino informativo, seleccionado
en familia), el tacto para reconocer texturas y niveles de presión cutánea (de
la piel contra objetos), el olfato y el gusto para distinguir calidades de
olores y sabores. Todo como un juego.
Con la ayuda de internet precisamos cada término. Buscamos las nociones de temperatura, calor, frío, presión, pulso, tensión, vista, oído, gusto, olfato y demás palabras pertinentes. Las definimos y buscamos todo aquello que podamos relacionar con esas ideas y que se encuentre en casa. Si no hay, buscamos en la web.
Así, de la presión arterial podemos pasar
a la presión del agua en el tanque, a la olla de presión, a la tensión en las
llantas de la bicicleta o del carro.
Revisamos las características básicas y
las necesidades para existir de los seres vivos: aire, agua, luz, calor, abrigo,
cobijo, compañía o protección, un grupo o familia, y vemos qué seres requieren
más y cuáles menos de estas variables para vivir. Las plantas de la casa y las
mascotas pueden sernos de enorme utilidad. Entre un cactus y un geranio, este
último requiere mucho más agua, por poner solo un ejemplo. Los cachorros
caninos requieren mayor atención que los gatunos y así hasta abarcar la flora y
la fauna que les genere interés a los miembros de la familia.
Otra entrada, súper poderosa a la bilogía
y la química, la constituyen los alimentos que ingerimos. Averiguar por qué son
tan recomendables las frutas y las verduras y por qué es “chatarra” la comida
así denominada, nos introduce a temas de calorías, de nutrientes, de proteínas,
lípidos (grasas), carbohidratos (almidones, azúcares y fibras), vitaminas y
aminoácidos. ¿Qué es cada una de estas categorías y qué alimentos las
contienen? En las ferias de ciencias del Cole se ha trabajado mucho sobre estos
aspectos.
Relacionar el hierro, por ejemplo, con la
cantidad de glóbulos rojos en la sangre y con la producción de hemoglobina -la
transportadora de oxígeno por excelencia-, permite valorar a la espinaca y los
frutos secos como portadores de este mineral en nuestra dieta. El calcio y el
fortalecimiento de los huesos, nos llevarán a buscar qué alimentos son ricos en
este elemento químico y necesario nutriente para el cuerpo sano.
Como vamos encontrar referencias a lo
“maravillosas” que son las carnes para abastecer de todas las proteínas
necesarias al organismo, buscamos opiniones más científicas sobre las
consecuencias de ingerir carnes rojas y embutidos, especialmente. Y así, la cuestión
dietética permitirá la investigación y la conversación en familia, aportando a
su unidad aún si hay diferentes opiniones, al tiempo que permitirá escoger
mejor los alimentos.
Mirar la etiqueta nutricional de los
productos envasados y los hexágonos preventivos, nos posibilita comprender que
existen sustancias químicas nocivas para el cuerpo y la salud (colorantes,
saborizantes y conservantes, fundamentalmente), así como elementos químicos
naturales altamente benéficos para el consumo humano.
Además de revisar toda la lista de nutrientes y elementos químicos saludables en la dieta, la alimentación nos conecta con el agua y el aire, imprescindibles para la vida. ¿Qué compone el agua y el aire? ¿Cómo así es que no teniendo vida propia son vitales para los tipos de vida que conocemos?
Surgen muchas preguntas y ahora hay dónde
buscar respuestas rápida y sencillamente. Eso es investigar o, adecuándonos a
las edades y posibilidades de nuestros hijos e hijas, indagar científicamente.
Además de la web, buscar amigos o familiares con profesiones ligadas a estos
temas (doctoras y médicos, veterinarios, enfermeras, nutricionistas, químicos o
ingenieros biomédicos y similares, ya sean alternativos o tradicionales),
permitirá enriquecer lo que sabemos. Casi todos tenemos campos preferenciales
de saberes que podemos aprovechar para indagar por respuestas. Seamos madres,
padres, abuelos o docentes, todos conocemos mejor ciertos temas en los que
podemos aportar a nuestros estudiantes.
La vida nos abre a las proposiciones de
la física. El agua cae con determinada fuerza en las cataratas o en la
corriente de un río o la marea del mar tiene una intensidad que se puede medir.
En casa, a nivel micro, ocurre lo mismo con la presión del agua al salir por
los caños y con la fuerza de la caída para pasar los restos del inodoro. Igual
ocurre con el aire, cuya potencia puede mover molinos y generar energía; o con
la electricidad de los rayos en una tormenta. En casa usamos el aire para
ventilar las habitaciones y ambientes, así como para secar la ropa, pero
podemos profundizar en estas ideas si contamos con una lavadora y secadora de
ropa. Materia y energía se nos proponen como un universo interesantísimo a ser
descubierto en los equipos domésticos.
En la casa, desde que abrimos la puerta
estamos frente al mundo de la física y la química, que podemos hacer muy
sencillos de entender para todos en la familia si les dedicamos un mínimo de
revisión creativa. Con tan solo preguntarnos de qué están hechos y cómo
funciona todo lo que vemos en nuestros hogares, tendremos a nuestra disposición
muchos de los fenómenos estudiados por esas dos disciplinas, que pueden generar
hasta dolores de cabeza en los estudiantes porque no entienden lo prácticas que
son.
La chapa de la puerta es una palanca que
al girarla, aplicando una fuerza en un sentido, jala el pestillo en sentido
contrario. La palanca del wáter hace idéntico trabajo: jalas para abajo y se
levanta hacia arriba la tapa del tanque de agua que limpiará el inodoro. Hay
palancas por toda la casa: pestillos de puertas y ventanas, llaves de agua,
interruptores de luz, cualquier aparato de cuerda, en fin; y con las palancas
vienen las fuerzas y los vectores para señalar la dirección de dichas potencias.
Nuestro hogar puede convertirse en un
dinámico laboratorio científico si tan solo cambiamos nuestras actitudes hacia
las ciencias y sacamos a flote nuestra natural curiosidad por averiguar cómo
funciona y de qué materiales están hechos todo lo que nos rodea. Las viviendas
cuentan con sistemas eléctricos conectados a la red troncal que la trae
mediante postes. ¿Cómo es que tenemos electricidad en casa? ¿Qué es y cómo
funciona todo el circuito? Lo mismo para el agua. Si vivimos en edificios o la
vivienda tiene cisterna, ¿cómo funcionan los tanques de agua? ¿Por qué y para
qué están ubicados siempre en lo alto? ¿Cómo llega el agua a casa, si estamos
conectados a la red pública? También tenemos aparatos con motores: además de la
lavadora, la licuadora, la batidora y la refrigeradora tienen motores pequeños
que podemos estudiar. Si algo pasa a ser desechable, aprovechamos para
desarmarlo y ver qué contiene. Averiguamos todo lo que podamos o buscamos al
técnico cercano para que nos comente o explique. Si un familiar es ingeniero,
nos sacamos la lotería en materia de explicaciones.
Si tenemos auto, en ese solo vehículo se
hacen presentes todos los fenómenos físicos que podamos imaginar (con excepción
de algunos muy complejos). Indagar por las computadoras y los celulares puede
tener un gran nivel de motivación ya que son altamente utilizados por nuestras
hijas e hijos. Los legos y mecanos, los juguetes a control remoto y la misma
casa (arquitectura e ingeniería), son herramientas útiles.
Por último, revisar en internet toda la gama de experimentos adecuados a cada edad resulta fascinante. Hay ideas sumamente interesantes y prácticas sobre los asuntos de biología, física y química de los que se ha tan solo bocetado aquí. Los alentamos a buscar información y a jugar a los científicos en casa. Resulta apasionante.
Nota: Al buscar en Google (todas las imágenes son
de ahí), imágenes de biología, de ciencias, de instrumental médico para niños,
de agua y aire, de interiores de viviendas, etcétera, se encuentran muchísimas
posibilidades para explorar. Igual, si ponemos cualquiera de los temas
propuestos o anotamos los que vayan surgiendo en ustedes, las posibilidades de
búsqueda en la web, son casi inagotables. Que lo disfruten.
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