miércoles, 18 de agosto de 2021

Los Valores del ideario: La Solidaridad

En el presente artículo, se dará inicio a una serie de publicaciones relacionadas con los valores y actitudes positivas del Ideario del Colegio La Casa de Cartón. Estos valores y actitudes se establecieron como fundamentos de la pedagogía que el Centro de Educación Alternativa – EDUCALTER, fundado en 1983, propondría para el proyecto de educación escolarizada, que daría lugar al colegio en el año siguiente.

 

Durante 1983 y liderados por Mariano Moragues, se revisaron diferentes proyectos educativos de todo el mundo, así como sus fuentes filosóficas y psicológicas. Makarenko, Tolstoy y las escuelas rusas de avanzada; Summerhil y la educación democrática de Neil en Inglaterra; la Escuela Barbiana de Milani y la educación personalizada de Montessori en Italia; la pedagogía progresiva de Dewey en Estados Unidos; Freire y la pedagogía del oprimido en Brasil, Freinet y la escuela nueva francesa, junto con tantos autores de la Pedagogía Activa, que revolucionaron la educación y sus fundamentos en sus respectivos países de origen, fueron examinados en ese lapso. También se analizaron los lineamientos de Piaget, Freud, Watson, Skinner, Bloom y otros psicólogos que aportaron a redefinir los postulados de la pedagogía vigente.

 

 

Se realizó el Primer Encuentro de Colegios Alternativos y se pudo recoger, así participaran o no en el evento, las experiencias educativas del Colegio Cooperativo San Felipe -pionero en educación alternativa de Lima-, del Colegio Los Reyes Rojos, del Colegio José Antonio Encinas, del Colegio Héctor de Cárdenas y del Colegio Atusparia. También fue un gran aporte la participación del Nido ABC y de La Escalerita, entre otros centros de educación inicial con propuestas innovadoras. Por último, el encuentro vivencial, en el lugar de trabajo, con los proyectos innovadores del MANTHOC (Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos), dirigido por Cusiánovich, y el de Los Niños Trabajadores del Mercado de Frutas de Cerro El Pino, con Siguas al frente, quienes orientaban a los niños y niñas trabajadores en la calle sobre sus derechos y una vida digna, fue altamente formativo y terminó de ayudar a ponerle los “pies en tierra” a los lineamientos del colegio.  

 

Con todos esos elementos filosóficos, educativos y psicológicos -y muchos más que se han omitido en este sucinto recuento-, se establecieron como valores decisivos para el proyecto educativo de La Casa de Cartón: la Solidaridad, la Búsqueda de Verdad, la Libertad y la Creatividad.

 

Sin que exista una jerarquía de valores predeterminada, ya que todos son importantes en educación y en la vida, hubo consenso en destacar a la solidaridad como el valor por excelencia. Hace treinta y siete años, al igual que hoy, la solidaridad se presentaba y se presenta como la más profunda urgencia humana, ante las iniquidades en el acceso a bienes y servicios, las discriminaciones étnicas, los maltratos y explotaciones de unos pocos sobre poblaciones enteras, el machismo, la falta de igualdad entre los géneros, las abismales diferencias entre los sectores rurales y los urbanos, así como entre pocas zonas urbanas prósperas y aquellas en la marginalidad.

 


La solidaridad tuvo y tiene la potestad de humanizar a los miembros de las sociedades, de sensibilizarlos ante las necesidades vitales de los demás, ante la posibilidad de una verdadera sociedad democrática, con agua, comida saludable y una vivienda digna para todos, con una educación de calidad para las mayorías y minorías, con áreas verdes y campos deportivos. La solidaridad puede transformar a las personas hacia una ciudadanía democrática y hacia mayores niveles de consciencia social, cultural y ecológica para una convivencia más armónica entre humanos y con el ambiente que nos permite existir.

 

La solidaridad, que va hermanada a la justicia, estuvo vigente hace 37 años y más, y está vigente hoy, hasta quizás con más fuerza por la amenaza planetaria que los sapiens venimos infligiendo al planeta y a sus habitantes. Es por ello que, en el Ideario del colegio, actualizado este año (2021), se dice de la Solidaridad que Es una actitud que induce a responder a las necesidades humanas con sensibilidad y sentido de justicia, a partir de la identificación y valorización de la propia dignidad y la de los demás, complementando la autorrealización con la realización colectiva”.

 

Al educar a las y los estudiantes del Colegio La Casa de Cartón, se toma como punto de partida la valoración y el respeto, que se aplica al cuidado y mantenimiento de la naturaleza y de los objetos de la escuela, al buen trato a sí mismo y a los demás considerando los derechos fundamentales de las personas, con los deberes y compromisos concomitantes, para que todos los seres humanos puedan alcanzar una vida digna.



El segundo componente de la solidaridad es la sensibilidad, que implica reconocer al otro como ser total, con un mundo de vivencias y con sus características propias, al igual que el de uno mismo. Significa que uno se acerca al otro tratando de desarrollar la empatía, la comprensión y la compasión, que permite adoptar la perspectiva del otro sin perder objetividad, pero con resonancia afectiva. De la aceptación y comprensión de uno mismo se pasa a la aceptación y comprensión inclusiva del otro, con una inteligencia emocional práctica que puede devenir en compromiso y participación social.

 

El tercer elemento contemplado en el Ideario, en lo que a solidaridad se refiere, es la convivencia e integración. El buen trato deviene en amabilidad y afectuosidad en las relaciones cotidianas, rechazando cualquier forma de prejuicio, discriminación, estigmatización y –menos aún- acoso o cargamontón. Se promueve que se reconozcan como parte de un grupo, motivados por las ocurrencias de este y su organización, por el buen ambiente de estudio, trabajo y juego, sin aislarse ni aislar.

 

El compartir fue y es un buen sinónimo de ser solidario. Se comparten objetos, juegos, experiencias, ideas, sentimientos, estudios y trabajo, con compañerismo y en el marco grande de una cultura de paz. Esa cultura significa resolver conflictos a través del diálogo y sin pleitos y menos aún, violencia.

 

Otro componente es el servicio, entendido como disposición de ayuda efectiva a los demás en todos los ámbitos de la vida. El estar atento a las necesidades de los otros con una actitud de desprendimiento, desinterés o humildad, constituye una de las ambiciones axiológicas del colegio que se fomenta a diario pero que resulta un reto interesantísimo de alcanzar, en uno mismo primero, para poderlo dar a los demás después.


 

La responsabilidad planetaria y la defensa de la supervivencia de todas las especies que lo habitan, dentro de la idea fuerza del desarrollo sostenible, es uno de los añadidos al Ideario que ha realizado este año el equipo de EDUCALTER, liderado por Susana de Vivanco, y que se ha parafraseado en el presente artículo.

 

No se pierda el próximo artículo del Blog de La casa de Cartón que tocará el tema: La búsqueda de verdad. Hasta pronto.

 




 

 

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