miércoles, 25 de septiembre de 2019

Inclusión y equidad - Primera parte


Hemos sido testigos del enorme esfuerzo y dedicación que realizan los atletas para lograr destacar en las disciplinas deportivas que practican. Se han difundido las historias de muchos deportistas de provincias y pueblos alejados o provenientes de las grandes ciudades del Perú y toda América, que con su tenacidad lograron acceder a las ligas locales y regionales, para luego competir en las ligas nacionales hasta convertirse en representantes del Perú o de sus países de origen, en los juegos deportivos internacionales de América.
El esfuerzo sostenido y exhaustivo se aplica para cualquier modalidad gimnástica, atlética o deportiva, tal como observáramos en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Pero, sin lugar a dudas, tremendamente superiores son los esfuerzos que supone para una persona en silla de ruedas, con medio cuerpo paralizado, sin alguna de las piernas o sin las dos; sin uno o los dos brazos, o sin manos; con ceguera, sordera o con disfuncionalidad neurológica, que le dificulta la coordinación de movimientos, alcanzar los logros que hemos visto obtener en los Juegos Parapanamericanos, también celebrados en Lima, este año.
El coraje desplegado por los atletas discapacitados en las diferentes disciplinas deportivas del evento, ha sobrecogido y llenado de admiración a todos los que vimos, en vivo o por televisión, el empuje y pundonor de estos deportistas paralímpicos.   



El tema de la inclusión y la equidad, que ha ganado un gran espacio en las últimas décadas, como derecho a pertenecer y ser parte de una colectividad y a ser miembro en condiciones de igualdad de ese colectivo, así como los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, motivan el presente artículo para el blog del Colegio La Casa de Cartón.
La inclusión es una idea y una práctica, una manera de entender la vida en la que todas, todos y cada una o uno, son parte importante de la comunidad y participan de esta colectividad con iguales o similares derechos y deberes, de acuerdo a la variedad de habilidades que posean.
La inclusión es un concepto que reivindica el derecho de toda persona a ser parte del cuerpo social, a tener acceso directo a los servicios adecuados para el desarrollo personal, familiar, educativo y socio cultural que le permitan vivir dignamente y con calidad; y está ligado a la noción de equidad. Todas y todos tienen (deberían tener), las mismas oportunidades y facilidades para convertirse en o ser: sí mismos, dentro de la comunidad local, nacional y mundial a la que se tiene derecho a pertenecer. La equidad es una idea de igualdad plena entre seres humanos, que aún no se plasma en la cotidianidad, pero a la que se aspira por justicia social y compromiso con valores solidarios.



Desde que la UNESCO emitió la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, en el 2001, los temas de inclusión y equidad pasaron a la agenda mundial con énfasis creciente. La diversidad cultural fue declarada patrimonio de la humanidad y la diversidad biológica y cultural, fueron y son valoradas en la misma medida que se valora la biodiversidad del ambiente.
Se afirma –en dicha declaración universal- “que el respeto de la diversidad de las culturas, la tolerancia, el diálogo y la cooperación, en un clima de confianza y de entendimiento mutuos, son uno de los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales; y aspira a una mayor solidaridad fundada en el reconocimiento de la diversidad cultural, en la conciencia de la unidad del género humano y en el desarrollo de los intercambios culturales”. Asimismo, reafirma los derechos humanos y las libertades fundamentales de la Declaración Universal de Derechos Humanos (web UNESCO).     
A partir de la mencionada declaración, las iniciativas internacionales se ocuparon de detectar a las poblaciones vulnerables y a tomar acuerdos entre las naciones para reducir la discriminación y favorecer la inclusión social. Naciones dentro de países, grupos étnicos, comunidades campesinas selváticas y andinas, poblaciones originarias, estuvieron dentro de los grupos vulnerables detectados. Ya con anterioridad, Naciones Unidas tenía a las mujeres como grupo vulnerable en muchos estados donde se sigue discriminando por género. Las personas con discapacidad también fueron tomadas en cuenta. Asimismo, se consideró a las poblaciones ubicadas en zonas de alto riesgo de desastres naturales.

La inclusión social, entonces, es una noción que implica afiliar plenamente a todos y cada uno de los miembros de una sociedad a la vida de la comunidad, sin que importe su condición social, origen, sexo o actividad. Se usa la palabra “afiliar” ya que algunos expertos en estos temas expresan su disconformidad cuando se utiliza la palabra “integrar”. Explican que integrar supone adecuar al individuo o al grupo a la sociedad de pertenencia; mientras que incluir o afiliar supone adecuar a la sociedad acogedora a los individuos o grupos que considera en iguales condiciones, así existan diferencias[1].


El soporte principal de la inclusión es “el reconocimiento de que todas las personas tienen habilidades y potencialidades propias, distintas a las de los demás, por lo que las distintas necesidades exigen respuestas diversas o diferentes”.   La inclusión –continua inclúyeme.com- busca que se fomente y garantice que toda persona sea “parte de” y que no permanezca “separado de”. Inclusión, por lo tanto, significa que los sistemas establecidos proveerán acceso y participación recíproca; y que el individuo con discapacidad y su familia tengan la posibilidad de participar en igualdad de condiciones”.
Lo antedicho es válido para cualquier grupo o población vulnerable.
Dóri Sirály y Daniela Rodríguez, en el artículo “Importancia de la Inclusión”, publicado por Predi.com, distinguen varios tipos de inclusión. Entre ellas, mencionan: la inclusión social, cultural, educativa y laboral. Se sugiere al lector que incursione en esa página web de interesarle profundizar en estas diferenciaciones. Para efectos de los intereses del colegio, revisaremos a fondo, en el próximo artículo del blog del Cole, los aspectos sociales y, muy especialmente, los educativos de la inclusión.
Hasta pronto.


[1] Se ha utilizado como fuentes, las páginas web de ONU; UNESCO; Inclúyeme.com; Prezi.com; y de Inclusióneducativa.org.

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