No
fue hasta la década de los 80 que la Educación Sexual pasó a ser un componente
explícitamente afrontado dentro de los planes educativos en las escuelas y
colegios. En los encuentros de instituciones educativas alternativas, de los
que el Colegio La Casa de Cartón fuera parte integrante y uno de los líderes
para realizarlos y socializar ideas y propuestas, la sexualidad humana pasó a
ser uno de los temas de mayor interés, dada su trascendencia para la forja de
identidad, autoestima, actitudes positivas y valores en las niñas, niños y
adolescentes.
La
revolución sexual de los años 60, la moda unisex en el vestido y el cabello, la
liberación y equidad de las mujeres al exigir derechos sobre su vida sexual y
reproductiva, el feminismo como contrapeso al machismo y al patriarcado socio
culturales imperantes,
-que
buscó y busca equidad entre hombres y mujeres al considerar la igualdad de derechos
y deberes, así como el mayor acceso femenino a las responsabilidades laborales
de toda índole con resultados tan eficientes o superiores a los que creían
tener los varones-, llevó a las sociedades a un replanteamiento de roles,
responsabilidades y manera de comprender y asumir la equidad entre los géneros.
Esos
cambios se agudizaron por la mayor fragilidad de la vida en pareja, sean
matrimonios o convivencias, frente al alto número de separaciones o rupturas
que ponían en cuestión con quién se quedaban los hijos e hijas y quién cubriría
la manutención, obligando a las mujeres a buscar fuentes de ingreso, muchas
veces ante la irresponsabilidad y abandono de los padres. También se agudizaron
ante las demandas respecto a poder decidir si se continuaba o no con un
embarazo no deseado. El divorcio y el aborto, que ya ocurrían desde siempre en
la historia, se convirtieron en asuntos de debate abierto y legislación.
De
forma análoga, la homosexualidad, vivida clandestina y culposamente al igual
que las separaciones y abortos, “salió del closet” y se hizo evidente que no
solo existían dos maneras de ser en el mundo y la vida (hombre y mujer), sino
diferentes orientaciones sexuales, que exigían innovaciones sociales y
culturales para integrar y aceptar la diversidad en toda su dimensión y
complejidad.
En
los Encuentros de Experiencias Educativas Alternativas, como les llamamos a
esas reuniones de nidos (educación inicial), escuelas (educación primaria) y
colegios (educación secundaria o de los tres niveles), que propulsaban cambios
sustantivos en sus propuestas pedagógicas, la necesidad urgente de incorporar
la educación sexual fue una de esas innovaciones relevantes.
Dos
de nuestras promotoras fundadoras, por ejemplo, inspiradas en la ancestral
costumbre de los pueblos de preguntarle y hacer consultas a los ancianos o al
oráculo, inventaron el juego “Pregúntale al genio”, en un mix creativo con la
lámpara maravillosa. El juego consistía en que los estudiantes podían hacer
cualquier pregunta, de manera anónima, a este supuesto genio y recibir información
de la más alta calidad. ¿Y qué creen? Un vasto espectro de cuestiones, aludían
a temas sexuales.
¿Cómo
se tienen bebés? O ¿cómo nace un niño? ¿Por qué la mamá lleva a bebé en su
panza? Y cientos de inquietudes de este calibre, permitieron diseñar los
proyectos de acuerdo a las áreas de interés y motivación de las niñas y niños
del colegio. No todas las indagaciones eran de corte sexual, pero el Proyecto
del Cuerpo Humano devino en un espacio tremendamente creativo para forjar
autoestima e identidad en torno a atender de forma natural, espontánea y
saludable un aspecto tan cotidiano y vital como la sexualidad humana.
Venciendo
los miedos, las vergüenzas y los sentimientos de culpa promovidos por todo un
aparato cultural que censura una vida plena en base a una vivencia saludable de
la sexualidad, que es además, la base de la existencia de todo ser vivo, los
colegios alternativos, primero, las escuelas y colegios particulares, después,
y recién, tras el nuevo milenio, los pininos de la educación pública para
introducir en el currículo aspectos relativos a la educación sexual, se han desarrollado lentamente. El mito de la cigüeña
y la exclusiva representación de la sexualidad humana tomando a la abejita que
va llevando el polen del estambre al pistilo como paradigma ejemplar, pasaron a
ser obsoletos.
En
el próximo artículo veremos cómo la Educación Sexual (ES) dio lugar a un tipo
particular de enfoque, la Educación Sexual Integral (ESI), la que se implementa
en las instituciones educativas públicas y privadas desde la segunda década del
siglo XXI, en base a investigaciones de expertos y planteamientos científicos fundamentados.
Frente
a los criterios de científicos, investigadores y pedagogos de instituciones
sumamente sólidas y calificadas por sus estándares de calidad, ¿estaremos preparados las madres y padres de familia, miembros de las
comunidades educativas de cada colegio, para dar opiniones y tomar decisiones sobre
cómo enfocar la educación sexual? La opinión de todos los estamentos de la
Comunidad Educativa es bienvenida, pero ¿es posible otorgar tal poder a uno de
ellos –el de las madres y padres-, como para vetar las publicaciones que
utilizan las instituciones educativas en base a las conclusiones de los
especialistas?
No se pierda la continuación de esta interesante reflexión, sobre un asunto
francamente polémico en la actual coyuntura, en la siguiente entrega del blog
de La Casa de Cartón. Hasta pronto.
Carlos
Ureña Gayoso
Integrante
de EDUCALTER
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