Las Olimpiadas del Colegio La Casa de Cartón son un excelente ejemplo, al igual que muchas otras actividades escolares, de cómo se aplican los principios pedagógicos en la práctica educativa del colegio. En las Olimpiadas, al igual que en las Minkas, en los Juegos Florales o en la Feria de Ciencias, la propuesta educativa del colegio se plasma en una actividad envolvente donde los principios pedagógicos, los ejes transversales y los valores del Ideario, así como el desarrollo de las competencias básicas: actitudes, habilidades, destrezas y conocimientos, se evidencian plenamente.
Las
olimpiadas son los juegos deportivos anuales que permiten sacar a la luz con
mayor nitidez, durante el periodo que se implementan, toda la propuesta de la
escuela, a partir del fomento de la psicomotricidad, el atletismo, la gimnasia,
el vóley y el fútbol.
Para la mayoría de estudiantes, participar en juegos deportivos es motivador y altamente significativo, ya que se divierten trabajando al conformar los equipos con sus profesor@s, al definir en qué prueba participará cada estudiante, al tiempo que trabajan con entusiasmo cuando se reúne todo el plantel para realizar cada prueba. El juego trabajo o diversión esforzada y el trabajo juego o esfuerzo alegre se aplica en todas las etapas de las Olimpiadas, desde la planificación hasta su ejecución por tipos de actividad, llegando al sumun de la algarabía cuando se efectúan las pruebas finales y la premiación.
Se
toma en cuenta el mejor aporte potencial de cada estudiante, agrupado en
equipos de cuatro colores (Rojo, Verde, Azul y Amarillo) y se planifican
estrategias en las pruebas colectivas. Se indaga la conformación de los otros
equipos para ver de contrarrestar, de manera creativa y lúdica, al mejor
jugador/a, cómo sacar mejor provecho de las habilidades y destrezas
individuales al conformar los equipos, siempre con respeto a las normas y
conociendo a fondo las eventualidades de cada prueba atlética, gimnástica o
deportiva. Los diseños y la puesta en marcha de los juegos olímpicos se dan en
medio de un alboroto de actividades bien organizadas.
En un clima democrático, con bastante afecto de los docentes, haciendo su mejor esfuerzo por globalizar, a la vez que personalizar los retos físicos, psicomotrices de cada estudiante, los cuatro equipos se preparan para cada prueba olímpica. Con su ejemplo, pidiendo a l@s mayores que apoyen a l@s menores, se revisan las actitudes fundamentales del proyecto educativo para aprender a ganar y a perder, cualquiera sea el caso. La solidaridad, la libertad de elegir y decidir, el protagonismo de los estudiantes junto al ejemplo de sus tutor@s, van configurando un espacio de aprendizaje integral y sumamente creativo. La sana competencia deportiva que se enmarca en normas y reglas de juego claras, ayuda mucho a que tod@s aprendamos a canalizar nuestras emociones de la manera más correcta, sin piconerías ni pleitos innecesarios. Incluso se elaboran consignas, barras y lemas alusivos al arte de saber ganar y perder o relativos a un buen manejo actitudinal.
La ciudadanía ecológica que articula los ejes transversales, se traduce en el cuidado que se pone en el abastecimiento de agua sin usar demasiados plásticos, ni tecnopores, ni nada que contamine –más de lo que ya está-, al medio ambiente. Se vela para que los alimentos ingeridos durante las olimpiadas sean lo más saludables posibles de acuerdo a las necesidades orgánicas de cada nivel de edad. Si este esquema alimenticio pervive más allá de las olimpiadas, mejor. En la vida cotidiana se promueven loncheras saludables y en los Comités de Familias se establecen lineamientos sobre estas y muchas otras variables educativas.
L@s
chicas y chicos han investigado en todas las áreas una multiplicidad de
aspectos que les sirven como conocimiento previo y actual para desarrollar las
olimpiadas ejerciendo la más amplia gama de saberes. La huella de carbono o
hídrica que cada quien deja en el ambiente, los jugos de frutas que mejor
restauran las energías gastadas, los alimentos que fortalecen los huesos y las
musculatura según la actividad deportiva que se va a realizar, la importancia
de sentirse parte de sus respectivos equipos, el sentimiento de identidad y
pertenencia con su grupo de colores y el respeto a las autoridades y a la
organización que cada grupo, en asamblea, decida, son algunos ingredientes de
la integralidad en la aplicación directa de la propuesta educativa, a través de
una actividad ultra integradora y divertida como lo son las Olimpiadas del
Colegio La Casa de Cartón.
Si
en las casas y en cada salón logramos que tod@s se sientan parte, –tal como es
la realidad en muchos hogares y salones hoy-, que cada quien exprese sus
habilidades, destrezas y conocimientos para el servicio del hogar o del grupo
escolar, que cada estudiante sea la persona que realmente es, que l@s
estudiantes del colegio hagan suya y vivencien la propuesta educativa, seguiremos
aportando a los individuos y a los grupos personas bien educadas, críticas,
democrática y ecológicamente responsables, y quizás más pronto que tarde,
constructores de alternativas innovadoras frente a un mundo que se acerca
demasiado rápido a niveles de cambios climáticos altamente retadores para la
especie sapiens y para el planeta en su totalidad.
Carlos
Ureña Gayoso
Integrante de EDUCALTER