En el artículo anterior, terminamos la reflexión dejando abiertas las preguntas: ¿Halloween y/o Día de la Canción Criolla? ¿Cómo es ahora y qué reflexiones se hacen al respecto, hoy, con los estudiantes y las familias? También les anunciamos que el Samhain de los celtas presenta componentes muy similares a los del Halloween actual de los países de habla inglesa y es considerado como su origen ancestral, así como las similitudes con el Día de los Muertos celebrado en México y en todo el orbe occidental, salvando distancias de forma y algo de fondo, también están presentes. En este artículo revisaremos las tradiciones ligadas a los muertos y a la muerte que realizan los países de occidente como parte de sus creencias y cosmovisión.
Los celtas (700 a.C. – 400 d.C.) fueron un pueblo prehistórico descollante en la forja del hierro como innovación que permitió a las antiguas tribus y clanes, mejorar la calidad de sus vidas por la mayor resistencia y versatilidad de los utensilios, herramientas y –por desgracia- armas, que pudieron fabricar con ese metal.
Tras las migraciones desde el África que poblaron la tierra gradualmente, los sapiens arribaron al Asia, primero, luego a Europa y, finalmente, a Oceanía y América durante el paleolítico y neolítico de la Edad de Piedra. Los grupos humanos que se asentaron en lo que hoy es Europa central y occidental son conocidos en la historia como los Celtas, protagonistas de la Edad de los Metales (1). Su influencia fue decisiva en la colonización de Gran Bretaña, Irlanda y Escocia. Llegaron a dominar el sur de la antigua Germania (Alemania), pero no pudieron radicarse en Grecia (donde atenienses y espartanos los frenaron a pesar de tomar Delfos por un breve periodo), ni en Italia (con etruscos y romanos oponiéndoles resistencia, tras el saqueo de Roma). No llegaron a asentarse en territorios colindantes con el Mar Mediterráneo, aunque establecieron vínculos comerciales con toda la Europa prehistórica conocida.
Los celtas no tuvieron un estado unificado ni mucho menos, pero su acervo cultural se mantiene hasta hoy. Fueron tribus guerreras dispersas en bandos y clanes que iban conquistando territorios hasta constituirse en los ancestros de los anglosajones, francos, ibéricos, eslavos y varios otros pueblos euroasiáticos. Son los tatarabuelos de la cultura occidental y los rasgos que unificaron su acervo cultural fueron: el lenguaje, la religión politeísta con los druidas como líderes, las manifestaciones artísticas y la manera de afrontar las guerras de expansión.
Los pueblos celtas coleccionaban las
cabezas de sus enemigos vencidos, en la creencia que ahí se alojaba el alma de
las personas. Esta “costumbre” guerrera daría lugar a la representación
mediante calabazas de las cabezas de los vencidos, en el Samhain inicial y en
el Halloween posterior. Con la luz de una vela en el interior y tallados los
ojos y la boca, las calabazas semejaban cobrar “vida”.
El Samhain celta era un festival por el “fin del verano”, que hacía coincidir el paso de la cosecha al invierno, una especie de año nuevo agrícola prehistórico, con la apertura del umbral que separaba la vida real con el mundo fantasmagórico donde muertos, hadas, brujas, gnomos y demás seres mitológicos podían relacionarse con los miembros de las tribus célticas, entre el actual término de octubre e inicios de noviembre. Para que los espíritus que cruzaban libremente el umbral entre la vida y la muerte no se enojaran ni causaran destrozos, se les dejaba comida y bebida en las puertas de las casas, de ahí el pedido de caramelos y golosinas posterior. La National Geographic considera a los pueblos pre-célticos y establece el nacimiento del Samhain en el 1,200 a.C., es decir, hace más de 3,200 años.
Tras la dominación romana de todo el mundo antiguo (Europa, parte de Asia y norte de África), los celtas prevalecieron con sus costumbres y cultura, atrincherándose en Galicia (España), el norte de Francia y el Reino Unido e Irlanda. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la Iglesia Católica establece el Día de Todos los Santos el primero de noviembre para contrarrestar la influencia pagana de los celtas. Paganos porque fueron politeístas y no creyentes en un solo Dios “verdadero”, como afirmaban los cristianos, judíos y musulmanes.
La expansión del catolicismo y el
surgimiento de iglesias cristianas protestantes, parece haber sido la razón por
la cual recién en 1745 se organizó en Inglaterra, sus reinos y colonias, una
gran celebración por el Día de todos los Difuntos o espíritus (“All hallow
even”, que terminó siendo Halloween abreviado). Todos los santos, los
difuntos, los muertos, las ánimas o espíritus y cuanta forma de conmemorar a
los que se han ido antes que nosotros, quedaron ubicadas en el calendario entre
el fin de octubre y los primeros días de noviembre. La mayor novedad que aportó
el Halloween irlandés e inglés fue la implementación de disfraces alusivos a
los seres mitológicos celtas que trasponían figuradamente, el umbral entre el “aquí”
y el “más allá”.
Los ingleses del Reino Unido (UK), y en particular los irlandeses, por la fuerte migración a Nueva York a mediados del siglo XIX, fueron los abuelos –por así decirlo- de los norteamericanos. Llevaron a cuestas sus costumbres y tradiciones, Halloween entre ellas y esta celebración se popularizó a nivel mundial, especialmente en los países angloparlantes y en la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), que agrupa a las ex colonias del UK. Los disfraces son el matiz característico peculiar de estas fechas, siendo emblemática la de la bruja con su volátil escoba.
Los mexicanos también se disfrazan
pero –a diferencia de los angloparlantes- el disfraz del esqueleto es el ícono
de las celebraciones, que duran dos días, el 1 y 2 de noviembre. Las luces, los
globos y las vestimentas de colores intensos y vistosos, las comidas y las
procesiones, hacen de esta celebración mexicana una especie de carnaval festivo
donde se mantiene vivos a los muertos por el solo hecho de recordarlos. No se
abre ningún umbral, desde el cual los espíritus o seres míticos nos visiten. La
tradición mexicana, de manera similar a la de toda Latinoamérica, parte de
otras fuentes y tradiciones, de una cosmovisión diferente a la europea y
norteamericana, como veremos en el próximo artículo.
Carlos
Ureña Gayoso
Integrante de EDUCALTER
(1) Los celtas se asentaron en lo que
actualmente corresponde a los territorios de Hungría, Suiza, Bélgica,
Eslovaquia, Austria, República Checa, Liechtenstein y Luxemburgo. Desde esos
territorios de Europa central se expandieron hacia la Galia (el norte de
Francia) y Galicia (al norte de España). También influyeron en Anatolia (hoy
Turquía) y en todas las tierras intermedias (las actuales Rumanía, Bulgaria,
Serbia, Croacia, Kosovo, Montenegro, Eslovenia, Albania y Bosnia y
Herzegovina).
Fuentes: Todo lo que hay en internet bajo el título de
Celtas, Samhain, Edad de los Metales, Prehistoria, Edad Antigua. Se recomienda
sumergirse en esa información. Es fascinante.