martes, 21 de abril de 2020

Viendo lo positivo de la cuarentena

A pesar de las incomodidades y retos que la cuarentena está ocasionando en nuestro estilo de vida, es posible ver cambios positivos. El primer y principal beneficiado por el aislamiento social y la inmovilización de las personas es el Planeta Tierra, la casa de todos.


El aire se está limpiando rápidamente, al menos en Lima y, de acuerdo a las fotos tomadas desde los satélites, en todas las ciudades con cuarentena estricta. El cierre de ciudades y países enteros ha ocasionado una menor circulación de autos, camiones y ómnibus, al igual que el no funcionamiento de muchas fábricas, lo que le está permitiendo un “respiro” a la atmósfera del planeta.
Fotos: Diario Correo

De acuerdo a la información divulgada por Ojo Público, los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), han verificado, a través de imágenes satelitales, una significativa mejora de la calidad del aire al reducirse los niveles de concentración de contaminantes sobre Lima y El Callao.

Con los reportes de las estaciones de monitoreo de la calidad del aire del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) y con los informes de la Dirección Nacional de Salud (DIGESA), se ha podido establecer la importante disminución de las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) en Lima Metropolitana.

El Ministerio del Ambiente (MINAM), por su parte, reportó que a partir de marzo del 2020 no se ha registrado ningún promedio semanal superior a 20 microgramos por metro cúbico de partículas tóxicas en el aire. Esa cantidad de partículas no supera el límite sanitario –como antes que sí las superaba- y se debe a la ausencia de emisiones de motores diésel.

Los informes del SENAMHI,  la DIGESA y el MINAM proporcionaron la data necesaria para que los investigadores de la Universidad Nacional Agraria La Molina diseñaran la metodología y las técnicas para corroborar esta información. A través del satélite Sentinel-5P, Tropomi, captaron imágenes que les permitieron comprobar gráficamente la reducción de la concentración de dióxido de nitrógeno y la consiguiente mejora de la calidad del aire limeño en la semana posterior al inicio de la cuarentena.


Imagen satelital difundida en OJO PÚBLICO
               
La descontaminación del aire ha despejado la neblina densa y gris permanente que cubría Lima, que le daba ese aspecto de “cielo color panza de burro” y que se debía al smog que enturbiaba la vista y la atmósfera urbana. Se ha despejado tanto el cielo limeño que ahora luce celeste y se pueden ver, desde el Circuito de Playas, los cerros que la rodean. Montes que para muchos, son los Apus que cuidan la capital del Perú.

El arquitecto Jean Pierre Crousse captó varias imágenes de las distantes elevaciones, entre las que destaca la Meseta de Marcahuasi y las Lomas de Mangomarca, así como los cerros: Centinela, Puruchuco, Chaclla, Colorado, Camote y El Agustino. 

El video “Los Apus Tutelares de Lima”, de #Perú sorprendente #RTV (Canal del Diario La República), colgado en https://www.youtube.com/watch?v=p9daQHu8NYI, les resultará muy interesante. 



A la derecha la Meseta de Marcahuasi. El pico más alto es el Cerro Centinela

Foto: Jean Pierre Crousse

Además del aire, la contaminación del mar también ha disminuido. Debido a la menor circulación de barcos y actividades fabriles y pesqueras, se  ha reducido la emisión de residuos hacia el mar peruano, así como se observa una mayor presencia de bancos de peces en las costas de nuestro litoral, especialmente en las playas de Lima. Desde Punta Hermosa hasta el Circuito de Playas, sobre todo en La Herradura y Agua Dulce, la enorme cantidad de aves de diferentes especies dan cuenta del incremento de la fauna acuática cerca de la costa.

Por la ausencia de gente en las playas, las gaviotas de Franklin, en especial, han tomado estos lugares, ahora desiertos, como estación en su largo viaje migratorio hacia el hemisferio norte del mundo. El mar repleto de peces les aprovisiona el alimento que necesitan en su peregrinaje hacia las zonas cálidas donde realizarán su reproducción y anidamiento. 


Gaviotas de Franklin, guanayes y zarcillos ocupan las playas de Lima.

Foto: ANDINA / Jhonel Rodríguez Robles.

En el artículo publicado en la web por Mongabay Latam[1], entrevistan a Carlos Zavalaga, investigador del Grupo Aves Marinas de la Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos de la Universidad Científica del Sur (UCSUR), quien explica que “Normalmente estas especies (migratorias) se congregan en grandes números en otras áreas donde no hay humanos, la diferencia es que como ahora estas playas están vacías y limpias, se trasladan de otras zonas a estos lugares que vuelven a estar disponibles”.

Igual ocurre con especies residentes como los pelícanos, guanayes y zarcillos, que vienen ocupando las playas ante la ausencia de personas. El descanso y la comida están a su alcance allí.

El incremento de peces en el mar, preciado alimento de las aves marinas migratorias o residentes, se debe a la reducción de la actividad pesquera principalmente. La pesca comercial de anchoveta está restringida. La producción de harina de pescado se encuentra suspendida durante esta etapa de la cuarentena.

Asimismo, la pesca artesanal para el consumo humano ha disminuido notablemente debido a la baja en las compras de pescado y a la dificultad que tienen muchos pescadores de llegar a los muelles desde donde se embarcan.

La mayor cantidad de peces del litoral limeño, atrae no solo a las aves marinas, sino a lobos de mar y delfines.

Por su parte, el Diario Ojo describe la situación de la siguiente forma: “La tierra sin humanos. A 6 días de la desaparición de los humanos, las playas de Lima como Agua Dulce son tomadas nuevamente por las aves y otras especies silvestres... “.

“Lo que ha sucedido es una recolonización de las playas por las aves y justo ha coincidido con la migración de regreso de las aves. Cuando el humano vuelva a salir, las aves volverán a replegarse a otros lugares”, dijo el ornitólogo Fernando Angulo a Buenos Días Perú (citado por OJO[2]).

“La naturaleza se ha recompuesto, ha vuelto a nacer”, “hace 40 años que no veía esto", comentaron algunos vecinos.



En la página web de Buenos Días Perú, se habla de un “despertar de la naturaleza”, en relación a los espacios vacíos dejados por los seres humanos durante la cuarentena. Las playas, antes llenas de comerciantes y bañistas, han sido repobladas por las aves y peces. 

En la misma página puede leerse: “Esta es una imagen que de todas maneras quedará en el recuerdo de muchas personas, y también servirá de reflexión para analizar el actual estilo de vida del ser humano, manifiestamente ajeno a la naturaleza que nos rodea y que es parte de nuestro mundo” [3].

Los delfines corrieron olas en la Playa La Herradura el sábado 28 de marzo. La mayor limpieza del aire, del mar y de la playa, que ha causado la cuarentena, hizo posible que una manada de delfines visitara La Herradura y “disfrutaran plenamente” su estancia allí.


                 Foto: Extra Actualidad.  Domingo 29 de Marzo del 2020 

Todos estos cambios vienen ocurriendo durante el primer mes de cuarentena. Hasta en nuestros hogares podemos escuchar más fuerte y más seguido a las aves. El silencio de los autos y la ausencia de personas le están dando un respiro a la naturaleza.

Que esta crisis sanitaria mundial nos permita evaluar y cambiar nuestro actual estilo de vida, para poder seguir “formando personas solidarias, buscadoras de verdad, libres y creativas para una sociedad democrática y un mundo ecológicamente viable”.








[1] Fuente: Mongabay Latam. Periodismo Ambiental Independiente
https://es.mongabay.com/2020/03/animales-silvestres-coronavirus-llegan-a-las-ciudades-de-latinoamerica/
[2] Fuente: Locomundo del Diario Ojo
[3] Fuente: Buenos Días Perú de Panamericana Televisión





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