viernes, 15 de diciembre de 2023

Hacer ejercicio: Gimnasia, atletismo, yoga y deportes

Hemos visto que somos seres fundamentalmente biológicos que, aun después de nacidos, requerimos de un tiempo para que maduren varios órganos del cuerpo, la estructura ósea y todos los músculos para poder desempeñarnos óptimamente en las diferentes áreas que nos toca vivir.

Pasamos por etapas de crecimiento y desarrollo que, desde la Psicología Genética de Jean Piaget a la que se suman todos los aportes de la Escuela Constructivista, implican partir de lo sensorio motriz para empezar a desempeñarnos pre operacionalmente en la escuela inicial y primaria. Luego, en la última etapa de la niñez, las operaciones concretas permiten pasar, finalmente, al pensamiento lógico y operaciones abstractas en la adolescencia. Este recorrido hace posible que el cuerpo, la mente y el espíritu se expandan y afirmen para desplegar al máximo nuestra potencialidad como personas.

La maduración orgánica corporal, la afinación de la percepción mediante los sentidos, el empleo expansivo de los músculos y la estructura ósea, el aprender a hablar denominando objetos, primero, para expresar emociones, pautas socio culturales y pensamientos, después, hacen del cuerpo humano el vehículo o herramienta básica. Nuestro cerebro regula y organiza pensamientos, emociones y sentimientos y acciones, permitiendo, sobre esa base, que se desarrollen la cognición, la socialización, que se abra ante nosotros la cultura en todas sus manifestaciones: artísticas, costumbristas, educativas, deportivas y laborales o profesionales.

La percepción y el lenguaje dan soporte a la cognición. El afecto y las relaciones humanas, sobre todo las familiares, brindan los cimientos de la confianza y la seguridad personales, de la socialización y del sentido de pertenencia. Ambos, afecto y cognición, socio-culturalmente influidas mediante la educación pero afincadas en el cerebro, permiten a las y los individuos aceptarse como son, valorarse y elaborar una representación de sí mismos llamada “esquema corporal”. Sobre ese esquema la identidad y la autoestima se configuran.

Las carencias y excesos interferirán o potenciarán la calidad y nivel del resultado. Cuando los soportes suficientes existen en la vida de las personas, los procesos fluyen de acuerdo a lo establecido en la genética, en el ambiente que nos toque vivir y a las influencias socio culturales y educativas.

En la infancia y la niñez estos elementos configuran la personalidad y el ser de las personas tanto para dentro (sí mismo) como para afuera (ser social). En la pubertad y adolescencia se revisan o reelaboran las influencias y condicionamientos y quedan, más o menos establecidas, las características de cada persona como integrantes de diferentes grupos.

Ejercitar el cuerpo sobre el que se estructuran todos los procesos antedichos es una responsabilidad de las familias, de la escuela y de cada persona como responsable de su propia salud integral. Asumimos conscientemente nuestro desarrollo y nos ocupamos de lo que ingresa en nuestro organismo y de mantenerlo en forma.

Mediante los ejercicios, sean parte o no de alguna disciplina gimnástica, atlética o deportiva, nuestros cuerpos se mantendrán ágiles, flexibles y aptos para desempeñar cualquier tarea, sea física, mental o espiritual. El viejo eslogan griego de la “mente sana en cuerpo sano”, sigue vigente. Con ejercicio, gimnasia, atletismo, yoga y meditación o deporte, no solo desplegamos al máximo las facultades y destrezas corporales sino que activamos positivamente nuestro cerebro con químicos naturales que optimizan su desempeño. A su vez, estamos mejor dispuestos a practicar hábitos saludables, actitudes positivas y a interiorizar una escala de valores o principios espirituales que nos permitan dar sentido a la vida y a sentirnos bien con nosotros mismos.

Se recomiendan rutinas diarias o inter diarias de ejercitación. Se empieza con el calentamiento, luego se intensifica el ejercicio al hacer la rutina con intensidad creciente, para terminar realizando ejercicios de estiramiento. La rutina intensa puede tomar como referente la calistenia (ejercicios físicos con el propio peso corporal, del tipo: planchas, sentadillas, abdominales sin aparatos ni pesas). O pueden tomar ejercicios de las diferentes disciplinas deportivas, que engloban a la gimnasia y al atletismo. Sea que se fomenten en el colegio o que las y los estudiantes, al igual que los familiares y docentes, tengan prácticas adicionales fuera del horario escolar, se recomienda que no sean menos de tres veces a la semana.

En el caso de adultos, se considera contraproducente e, incluso, riesgoso, el practicar alguna actividad física intensa solo una vez por semana. Esos domingos de fulbito donde se juegan más de dos o tres partidos seguidos, pueden ocasionar más daño que bien por el esfuerzo súbito o por dejar contracturas o aumentar el riesgo de lesiones al no hacerse el calentamiento antes y los estiramientos después.

A los adolescentes, jóvenes y adultos que han entrenado algún deporte o actividad física con regularidad se les sugiere mantener su práctica. Si alguna o alguno de nosotros lo ha dejado, se les recomienda retomar los ejercicios de manera gradual pero constante: “sin prisa pero sin pausa”, digamos, y no menos de tres veces a la semana. Para aquellas o aquellos que no han tenido una rutina de ejercicios físicos, se les pide encarecidamente que la inicien, muy suave y gradual y con alguien que les explique en qué consiste una sesión de calentamiento para que, luego, encuentren alguna rutina que les favorezca y guste. A todas y todos los integrantes de la comunidad educativa de La Casa de Cartón: hagamos deporte, gimnasia, yoga o atletismo.

Salir en bicicleta, nadar, cualquier juego con raquetas, caminar rápido, el fulbito o el fútbol, el básquet o el vóley, las carreras y demás, no solo benefician el buen estado corporal sino que, además, permiten liberar tensiones, desahogar el estrés, equilibrar las emociones y hasta encontrar algo de paz y serenidad. Todo un aporte a nuestra salud física y mental.

Es lo más provechoso que podemos hacer para mantenernos con energía y salud.

¡Vamos a ponernos en movimiento!

 

                                                                                             Carlos Ureña

                                                                                 Integrante de EDUCALTER

 

 

PD: Fuerte abrazo queridos lectores. Felices fiestas de fin de año. Nos leemos en el 2024.


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